sábado, 26 de noviembre de 2016

A Preguntas Necias, Respuestas Sabias

Texto Bíblico: Juan 13:36-14:14

Oración:

Señor, ayúdanos a abrir el corazón a tu voz viva en la Biblia. Infunde en nosotros la presencia de tu Espíritu. Abre nuestro entendimiento, cambia nuestros puntos de vista, sacúdenos de nuestras seguridades falsas. Enséñanos a confiar sólo en Ti y en tu Palabra. Haznos humildes, aumenta nuestra capacidad de escucha, mantennos atentos a las reflexiones de nuestros hermanos. Ayúdanos a descubrirte en los demás.


Introducción

El “¿y por qué?” tan común de los niños en sus primeros años, desde los 3 hasta los 6 aproximadamente, es un reflejo del interés del ser humano de conocer.

En la infancia la mente de los niños está abierta y todo lo creen, todo lo aceptan y nunca se cansan de preguntar.

Cada respuesta que el adulto le proporciona genera otra pregunta y de esta manera su mundo se ensancha y su mente se expande.

Pero llega un momento en la vida, como adultos, en que creemos tener todas las respuestas y se acaban las preguntas. O por lo menos, dejamos de hacer las preguntas correctas.

Esta actitud es lo que ha dado origen a un pensamiento que alguien escribió que va más o menos así: “a los siete años el hijo dice: "papá es un sabio; todo lo sabe". A los catorce años el hijo dice: "Me parece que mi padre se equivoca en algunas cosas". A los veinte años el hijo dice: "Mi padre está un poco atrasado. No es de esta época". A los veinticinco años el hijo dice: "Mi padre no sabe nada, decididamente está fuera de onda". A los treinta años el hijo dice: "No sé si ir a consultar este asunto con mi padre, tal vez, él podría aconsejarme". A los cuarenta y cinco años el hijo dice: "¡Qué lástima que papá se haya ido!, él me hubiera aconsejado". A los sesenta años el hijo dice: "Pobre mi padre, era un sabio, lástima que lo haya comprendido demasiado tarde".

Para cuando maduramos lo suficiente como para volver a hacer preguntas, en muchos casos los padres ya no están, y las respuestas no llegan.

Pero que reconfortante es descubrir que, para nuestras preguntas, sea que estas se originen por la curiosidad, por las dudas o por la ignorancia, siempre habrá una respuesta que nos llegue en el momento preciso de parte de Dios, nuestro Padre Celestial.

Un pasaje en el Nuevo Testamento nos presenta las preguntas de tres hombres que, aunque habían estado con Jesucristo la mayor parte del tiempo, aparentemente no habían logrado realizar la conexión entre las enseñanzas espirituales que habían recibido y cómo aplicarlas a sus vidas cotidianas.

Sus preguntas fueron motivadas por la ignorancia, pero, desde la perspectiva de Dios, siempre habrá una respuesta sabia, aunque la pregunta sea necia.

Veamos entonces el pasaje en Juan 13:36-14:14

I.- Señor, ¿a dónde vas?, ¿Por qué no te puedo seguir ahora?, Juan 13:36-14:4

Esta pregunta de Pedro es tan necia como estar en el camino y preguntar cuál es el camino. A esta pregunta Jesús responde: Yo soy el camino.

Anteriormente, en el 13:33, Jesús había anunciado su partida y dijo a sus discípulos que adonde él iba, ellos no podían ir.

Esto hace que Pedro formule la primera pregunta: Señor, ¿a dónde vas?

Si una pregunta era válida en ese momento, obviamente no debió haber sido el “¿adónde?” porque se demostraba así la ignorancia espiritual en asuntos en los que el Señor ya les había enseñado.

Los discípulos de Jesús ya debían saber esto, como está escrito en 14:4. Para nosotros la presencia del Espíritu Santo hace claras las intenciones de Jesús.

La luz del Espíritu nos enseña adonde va Jesús cuando nos hace ir por cierto camino que no entendemos y nos prepara para poder seguirlo, aunque nuestra razón nos diga otra cosa.

Porque dónde el Señor va, y donde nos hace ir con él, implicará algunas veces sacrificio para nosotros, renuncia de lo que creemos útil, abandono de esos ideales y deseos humanos que nos alejan del camino.

La pregunta apropiada debió haber sido: “¿por qué no podemos ir? Una pregunta así reflejaría el deseo de un corazón sediento de agradar a Dios, de buscarlo, de aprender algo que le ayude a prepararse para poder ir.

Pero aun así hay que tener cuidado con la forma en que formulamos esta pregunta. Aparentemente, fue la intención de Pedro cuando le dice al Señor: “¿por qué no te puedo seguir?, pero él añade, ¿AHORA?, y después dice: Mi vida daría por ti.

El problema estaba en el ahora de Pedro. El Señor le había respondido que lo seguiría después (13:36), cuando realmente pudiera, cuando estuviera preparado, con poder, con vigor, con fuerza. Esto no es posible para un corazón que aún no tiene la presencia del Espíritu Santo. Esta enseñanza se las dará el Señor más adelante (14:15-19).

Tener intención de hacer lo recto es importante (mi vida pondré por ti, v. 13:37).  Desear cumplir el nuevo mandamiento es indispensable para la vida eterna (v.13: 34-35). Pero amar hasta lo sumo, como se dice de Jesús en 13:1, no está dentro de la capacidad de las fuerzas humanas, si no se tiene el poder del Espíritu Santo. A este Pedro sin fuerza, sin vigor, sin el poder del Espíritu Santo, es a quien el Señor tiene que profetizar lo que está escrito en 13:38

Posteriormente, en los versículos 14:1-4 Jesús da seguridad al corazón de los discípulos quienes probablemente tomaron las palabras de Jesús a Pedro como una bofetada para la propia fe de ellos.

No basta solo con decir que pondremos nuestra vida por Jesús, eso suena muy lindo, pero, ¿cómo lo demostramos en nuestro diario caminar?

- sin turbación en el corazón, no se turbe vuestro corazón, Juan 14:1

- haciendo de Jesús el verdadero Dios en nuestra vida, creéis en Dios, creed también en mí, Juan 14:1

- aceptando el lugar que Jesús nos prepara en la casa de Dios, como moradas, refugios, lugares de descanso mientras transitamos por la vida, Juan 14:2 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”

- preparando nuestro corazón para la venida espiritual de Jesús que quiere llevarnos adonde el está, llenándonos con su presencia mientras vamos por la vida., Juan 14:3

Pero esto provocó que surgiera la segunda pregunta, esta vez formulada por Tomás, quien es visto como el tipo de persona que demanda pruebas tangibles y definiciones precisas, pero que es tan ignorante como Pedro mismo.

II.- Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?, Juan 14:5-7

La necedad de esta pregunta de Tomás está en decir que no sabe la verdad que se le había enseñado. A esta pregunta Jesús responde: Yo soy la Verdad

Tan malo como no saber adonde es que va el Señor, es no poder ver en El, el camino que necesitamos seguir.

De labios de un incrédulo esta pregunta es aceptable. Solo estas personas no conocen el camino, no saben cómo llegar a Dios. Lo intentan a través de la razón, de las buenas obras, de una moralidad vacía pero nunca llegan al destino esperado.

Haber visto a Jesucristo era haber visto a Dios, pues Jesús es Dios. Por esto es que el Señor pudo decir: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

“Sin el camino, no hay viaje; sin la verdad, no hay conocimiento; sin la Vida, no hay existencia. Yo soy el camino que tú debes seguir; la Verdad que debes creer; la Vida que debes esperar. Yo soy el camino inviolable, la Verdad infalible, la Vida sin fin. Yo soy el camino que es más recto, la verdad que es más sublime, la vida que es verdad, la vida bendita, la vida no creada. Si permaneces en mi camino, conocerás la Verdad, y la verdad te hará libre, y estarás seguro en la vida eterna”. Tomás de Kempis en la Imitación de Cristo.

El problema con Tomás, y es el mismo problema de muchos, es que no llegaron realmente a conocer a Jesús,

Una vez ido el Maestro es que recién empezaron a entender el mensaje que como Dios les había impartido.

Dios permita que no seamos incluidos en la lista de aquellos que le amaron pero que no le conocieron.

La aseveración de Jesús de que los discípulos debieran haber ya conocido al Padre hizo que Felipe hiciera una súplica especial. No es una pregunta pero hace generar una pregunta en los lectores: “¿cómo es que puede haber gente tan pero tan….?

III.- Señor, muéstranos el Padre, y nos basta, Juan 14:8-14

Esta pregunta es necia porque a Felipe la vida le había sido dada en Jesucristo, pero todavía buscaba ser satisfecho. A esta pregunta Jesús responde: Yo soy la vida

El cuadro que se presenta aquí es muy patético. La reprimenda de Jesús así lo demuestra: “Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y no me has conocido?”

Dos cosas nos llevan a conocer al Padre a través de Jesucristo:

- sus palabras: no debemos desatender las palabras que Jesús nos habla

- sus acciones, sus obras: las obras de Jesús son manifestadas a la humanidad entera pero también son obras que realiza individualmente en nosotros

Las declaraciones de Jesús en los versículos 12 al 14 sirven como base para demostrar que las obras son secundarias y que lo primordial es la fe en El por lo que El es, más que por lo que El hace.

Felipe había dicho al Señor: muéstranos al Padre y nos basta, dando a entender que quedarían satisfechos.

Pero las palabras de Jesús a él son una afirmación de que la verdadera satisfacción, la vida plena, solo se produce cuando tenemos una fe activa en Jesucristo.

Esta fe debe ser tan activa que nos debe llevar a obras mayores, no mayores en importancia sino en cantidad.

No hay mayor obra que la conversión del impío y obstinado corazón del hombre de su pecado a la santidad, y esta es obra de Jesucristo, y después del Pentecostés, con la llegada del Espíritu Santo, estas obras fueron más abundantes, fueron más cuantiosas, fueron mayores.

Lograr esto es lo que debe llenar de satisfacción el corazón nuestro. Esto es lo único que nos debe bastar. Pero esto no surge si antes no hemos visto a Dios a través de Jesucristo.

Conclusión

Celebramos recientemente el Día de Acción de Gracias y una forma de mantener la actitud agradecida es recordar que Dios siempre tiene una respuesta a nuestras preguntas.

En esta actitud de gratitud podremos declarar y preguntar:
Señor, sé adónde vas ¿Cómo hago para seguirte?
Señor, sé adónde vas, ¿cómo sé lo que debo hacer para continuar?
Señor, en ti vemos a Dios, ¿Cómo seguirás sustentándonos?

A estas preguntas El Señor seguirá respondiendo con amor, gentileza y profundidad:

Yo soy el camino, solo sígueme a dónde te lleve,
Yo soy la Verdad, solo créeme y te sentirás seguro,

Yo soy la Vida, sólo permite que te baste y te sustente.

jueves, 17 de noviembre de 2016

La Fe que Vence Obstáculos



Texto Bíblico: Hebreos 11
Oración:

Señor, hacemos nuestras las palabras del Salmista cuando dijo: “«Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.» Haz Señor que tu Palabra sea el refugio que nos resguarde y fortalece Señor nuestros pensamientos y las intenciones de nuestro corazón.

La Fe que Vence Obstáculos

¿Cuál es el obstáculo más grande que está enfrentando en este momento en su vida?

A través de la Biblia encontramos muchos ejemplos de personas que aprendieron a superar los obstáculos de la vida por medio de la fe.

En el libro de Hebreos, capítulo 11, se presenta lo que algunos han llamado “El Salón de los Héroes de la Fe” y es una lista de algunas de estos héroes y heroínas, hombres y mujeres que aprendieron el significado de vivir por fe.

Sus vidas reflejaban que habían entendido que la “fe es la plena certeza de que lo que esperamos ha de llegar. El convencimiento absoluto de que hemos de alcanzar lo que ni siquiera vislumbramos”. Hebreos 11:1, Paráfrasis la Biblia al Día.

Ahora bien, esa lista de héroes y heroínas de la fe no es una lista completa. En ella seguirán escribiéndose uno a uno los nombres de todas aquellas mujeres y hombres, cada uno de ustedes y los que habrán de venir por el testimonio de ustedes, sus hijos y sus nietos, y todos aquellos que crean por fe y que vivan por fe.

Esta es la verdad de Hebreos 10:38-39 Paráfrasis la Biblia al Día, que afirma que “los que por la fe han sido hechos aceptos ante Dios, por la fe han de vivir. Si no confían en El en todas las circunstancias de la vida, si se vuelven atrás, Dios no estará contento con ellos. Nosotros jamás nos hemos vuelto atrás, lo cual sería fatal. Por el contrario, nuestra fe en El garantiza la salvación de nuestras almas.”

Para algunas personas, lo que les hace retroceder, lo que les hace flaquear la fe, los que los hace andar hacia atrás, son los problemas o las dificultades que enfrentan.

Sin embargo, es necesario comprender que cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar nuestra condición, si tenemos la fe suficiente para ver más allá del estorbo.

“Cuenta una leyenda que hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió para ver si alguien quitaba la tremenda roca.

Algunos de los comerciantes más adinerados del reino y varios cortesanos pasaron por el camino y simplemente le dieron una vuelta; muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra grande del camino.

Entonces llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino.

Después de empujar y fatigarse mucho, pudo lograrlo.

Mientras recogía su carga de vegetales, notó una bolsa en el piso, justo donde había estado la roca. La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.”

El campesino de esta historia pudo convertir el obstáculo en una oportunidad y esto es fe aplicada.

En el sermón de hoy quiero compartir con ustedes cuatro características que deben manifestarse en nuestra fe para que podamos superar los obstáculos que se nos presentan en la vida, de cualquier índole que sean.

1.- Fe que enfrenta

¿Cómo demostró el campesino de la historia que poseía fe para vencer los obstáculos?

Mientras que los demás rodearon el problema él lo enfrentó.

Esto es fe que enfrenta.

La fe le permitió no ver el obstáculo como algo infranqueable pero la fe no le impidió ver el estorbo en el camino.

Fe no quiere decir ingenuidad.

La frase “debemos tener una fe ciega” debe manejarse con cautela pues esto hace que muchas personas digan: La piedra no existe, Dios quitará la piedra, oremos para que la piedra desaparezca.

En ningún momento en la Biblia se enseña que la fe significa evitar los estorbos.

Esto no quiere decir que busquemos estorbos a propósito para desarrollar la fe, pues esto es como tentar a Dios.

Pero la fe que enfrenta, no es una fe que niega, sino más bien es la fe que nos permite enfrentar los estorbos que aparecen, con la actitud correcta, como la que se enseña en Isaías 43:2-3:

“Cuando pases por aguas profundas y gran tribulación yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultades, no te ahogarás. Cuando pases por fuego de opresión, no te quemarás, las llamas no te consumirán”, Isaías 43:2-3.

¿Qué puedes hacer para que tu fe enfrente los obstáculos de la vida?

2.- Fe que Limpia

¿Cómo demostró el campesino de la historia que poseía fe para vencer los obstáculos?

Mientras que los demás culpaban al rey de no mantener los caminos despejados el campesino limpió el camino.

Esto es Fe que Limpia

Ante un problema, muchas personas tienen la tendencia de ensuciar a otros, buscar chivos expiatorios, alguien a quien culpar de lo que les ocurre.
Otras personas más osadas, llegan al punto de culpar a Dios de todas las desgracias de sus vidas.

Otros, aunque no tantos, se ensucian y se culpan a sí mismos, sin ninguna clase de misericordia.

“¿Has comido del árbol que te dije que no comieras?, pregunta Dios a Adán, y él responde: “Sí, pero fue la mujer que me diste la que me lo dio y yo comí.” Qué falta de fe limpiadora en este hombre. Pero Eva no se queda atrás. Cuando Dios le pregunta a ella: “¿Qué es lo que has hecho?”, ¿a quién cree que le cayó la culpa? “La serpiente me engañó”, respondió ella”. Pero al diablo le fue peor, pues como no tenía a quien culpar, ni siquiera tuvo el beneficio de la pregunta, y le vino el castigo divino. Génesis 3:11-15

Una fe limpiadora nos hace limpiar el camino, esto es, asumir nuestra responsabilidad, aceptar nuestra parte en el engranaje de la vida, que nos lleva a ser parte de la solución y no del conflicto.

La fe limpiadora nos permite salirnos de nuestra zona de comodidad y pensar en cómo podemos beneficiar a los demás en lugar de culparles.

¿Qué puedes empezar a hacer hoy mismo para que tu fe limpie el camino de la vida, de tu vida y la de otros?

3.- Fe que Potencia

¿Cómo demostró el campesino de la historia que poseía fe para vencer los obstáculos?

Aunque una carga de verduras no pesa lo mismo que una roca en el camino, el campesino la puso a un lado para poder mover la piedra.
Este acto de despojarse le permitió exceder sus capacidades; pues, aunque empujó y se fatigó mucho, logró remover la piedra del camino.

Esto es fe que potencia, que impulsa, que da dinamismo.

Esta relación entre aprender a despojarnos de los estorbos y el desarrollo de una fe potenciadora se describe en Hebreos 12:1 cuando dice: “Despojémonos de cualquier cosa que nos reste agilidad o nos detenga, especialmente de esos pecados que con tanta facilidad se nos enredan en los pies y nos hacen caer, y corramos con paciencia la carrera en que Dios nos ha permitido competir.”

La canasta de verduras del campesino era su carga habitual, aquello a lo que estaba acostumbrado en el diario ir y venir.

¿Qué es aquello que te has acostumbrado a cargar?

La Biblia le llama a esto “los pecados que con tanta facilidad se nos enredan en los pies y nos hacen caer.” Hebreos 12:1

Hay pecados que hacen esto, y hay pecados también que se nos enredan en las manos y las ensucian para que nuestras acciones se contaminen

Los pecados también se nos enredan en las emociones y nos impiden tener paz. Como cuando Job declaró, “los suspiros no me dejan comer; mis gemidos se derraman como agua. Lo que siempre temí me ha sobrevenido.” Job 3:25-26

Los pecados se pueden enredar en nuestra mente y esto nos impide centrar “el pensamiento en lo que es verdadero, noble y justo, en lo que es amable y honorable y en las virtudes de los demás, en todo aquello por lo cual alabar a Dios y estar contentos.”, Colosenses 4:8

Cuando aprendamos a dejar a un lado “nuestras cargas de verduras”, podremos ser testigos del poder de la fe y dar la gloria a Aquel “quien por el formidable poder que actúa en nosotros puede bendecirnos infinitamente más allá de nuestras más sentidas oraciones, deseos, pensamientos y esperanzas.” Efesios 3:20

¿Qué puedes hacer hoy para que tu fe potencie tus capacidades?

4.- Fe que Integra

¿Cómo demostró el campesino de la historia que poseía fe para vencer los obstáculos?

Aunque el campesino no sabía lo que encontraría debajo de la roca, su fe le permitió integrarse con las fuerzas de bendición que operan para nuestro bien.

Esta es la lección de Romanos 8:28 “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”.

Con una fe que se integra con la bendición de Dios nos será posible pedir para que se nos dé, buscar para que hallemos y llamar para que se nos abra”, Mateo 7:7

Una fe integrada a la bendición de Dios es una fe sin dudas, y si tenemos fe y no dudamos nos dice Jesús, podremos secar la higuera, y muchas otras cosas más. “Hasta podrán decirle al Monte de los Olivos que se quite y se arroje al mar, y los obedecerá. Cualquier cosa que pidan en oración la recibirán si de veras creen” Mateo 21:21, “Al que cree todo le es posible”, Marcos 9:23

¿Qué puedo hacer hoy para integrar mi fe al poder de Dios?

Debajo de todo obstáculo siempre habrá algo bueno que podemos aprender y de lo que nos podremos beneficiar. Las monedas de oro que encontró el campesino nos indican que siempre habrá algo tan valioso que podremos enriquecernos con los hallazgos: transformación personal, desarrollo, cambio, renovación, progreso y muchas monedas más.

El rey, a través de su acción, le dio un mensaje a su pueblo. No estoy seguro si todos en la comarca aprendieron lo mismo, pero al menos el campesino entendió que cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar la condición de vida si se actúa en vez de quejarse, que si alguna vez alguien cae debe levantarse y seguir adelante, que los obstáculos no deben nunca vencer a nadie y que se debe mirar más allá de las limitaciones y sacarles provecho para mejorar la vida.

Para nosotros, ¿cuál es el mensaje que se esconde debajo de los obstáculos de la vida? Si no movemos las piedras nunca podremos saberlo.

Las Llaves de la Felicidad



Texto Bíblico: Mateo 5:1-12

Oración:
Hoy, Señor, hacemos nuestras las palabras del Salmista cuando dijo: “entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío” Salmos 43:4. Este momento, Señor, es el altar que preparamos ante tu presencia. Convierte oh Dios nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras acciones en arpas que te alaben a ti, único sustentador de nuestra alegría y nuestro gozo.

Las Llaves de la Felicidad

En el mensaje anterior que compartí con ustedes les hablé acerca de las 10 puertas de la muralla de Jerusalén que simbolizaban las 10 cualidades necesarias para todo proceso de reconstrucción.

Tomando como base el pasaje de Mateo 5:1-12, hoy les quiero hablar de las llaves que abren esas puertas; 8 llaves que simbolizan las cualidades o virtudes necesarias para abrir las puertas y las 8 recompensas que están al otro lado de la puerta.

Abrir una puerta es un símbolo de progreso, de felicidad, de búsqueda, de superación o de bienestar.

En el mensaje de las Bienaventuranzas, Jesús nos predica acerca de la felicidad. De hecho, ese el significado de la palabra bienaventuranza: dicha, felicidad, prosperidad; una persona bienaventurada es una persona afortunada, feliz, dichosa.

La felicidad es algo que todos buscamos, independientemente de nuestra formación, lugar de origen o posición socio-económica.

Sin embargo, cómo buscamos la felicidad es lo que va a determinar si la encontraremos o no.

No siempre las llaves que usamos para abrir las puertas de nuestra felicidad corresponden a las llaves que Dios utiliza.

Como la mujer que le gritó a Jesús cuando él estaba enseñando entre la multitud: “¡Qué afortunada fue la mujer que te dio a luz y te alimentó!” Este era el concepto de felicidad que ella tenía. Un concepto basado en lo placentero, que es siempre temporal.

Cuando Jesús le responde: “Más bien, qué afortunados son los que escuchan la palabra de Dios y la obedecen”, está indicando que la verdadera felicidad tiene que ir más allá de lo placentero para que se vuelva permanente.

A través de las Bienaventuranzas Jesús nos enseña cómo poner en nuestros llaveros las llaves de Dios para la verdadera felicidad y cómo usarlas en lugar de las nuestras.

Dispongamos nuestro corazón para aprender cómo utilizar las llaves de las bienaventuranzas utilizando el mismo proceso de abrir una puerta cómo método de aplicación de las verdades que aprendamos.

Cuando estamos frente a una puerta hacemos una PAUSA. Piense en esa puerta que usted quiere abrir, tal vez esa puerta que usted mismo ha cerrado en su relación de pareja, en su relación con sus hijos, con sus padres, con sus hermanos, con sus maestros, compañeros de escuela o trabajo, con sus hermanos en la iglesia, con usted mismo o con Dios.

Expansión: Imagine ahora que está frente a esa puerta tratando de usar las llaves que ha usado antes en sus intentos de ser feliz. Tome en sus manos cada una de las llaves que iré mencionando y explore las posibilidades, Expanda sus puntos de vista.

Ahora, piense o anote cómo esa llave le puede ayudar a abrir la puerta, enfóquese en la solución.

Por último, ponga la llave en el cerrojo y abra la puerta. Piense en una acción específica que va a llevar a cabo para que se convierta en “hacedor de la palabra” y no solo en “oidor de la palabra”.

Tomemos cada Bienaventuranza como la respuesta de Jesús a alguien que afirma encontrar la felicidad en algo superficial.

1.- Alguien diría superficialmente: “Señor, qué afortunados tus discípulos, se han de sentir muy orgullosos a tu lado, y Jesús responde: ¨felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos”., Mateo 5:3

Esta bienaventuranza es la llave de la sencillez y nos permite abrir la puerta que se ha cerrado por el orgullo.

Tener alma de pobre es tener las características de sencillez, asombro, dependencia, anhelo. La peor contradicción que puede existir es la de una persona vanidosa, que ha dejado de asombrarse ante los pequeños milagros de la vida, o que ha de depender de la presencia de Dios.

Que felicidad tan grande produce en el corazón el practicar la sencillez, el dejarnos asombrar por los pequeños detalles de la vida, el desarrollar una actitud expectante ante la vida y encontrar así el reino de Dios manifestado alrededor en todo lo que hacemos.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la sencillez y cuando las abras te encontrarás con el Reino de Dios.

2.- Alguien diría superficialmente: Señor, que dichosos son tus seguidores, a tú lado están siempre sonriendo; y Jesús responde: “felices los afligidos, porque serán consolados., Mateo 5:4

Esta es la llave de la Sensibilidad y nos permite abrir las puertas que se han cerrado por la dureza del corazón.

No podremos ser felices cuando sonreímos y olvidamos el dolor de nuestros prójimos. 

Podríamos creer erróneamente que si alguien sufre solo basta con un golpecito en los hombros y una sonrisa en los labios para calmarle el dolor.

Cuando la esposa le dice a su pareja que se le rompe el alma cuando él es indiferente al distanciamiento emocional que ella siente y lo único que él responde es “vuelve la burra al trigo”, otra vez con tu cantaleta. Qué falta de sensibilidad tan grande.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la sensibilidad y cuando las abras te encontrarás con la consolación.

3.- Alguien diría superficialmente: Señor, qué felices son tus discípulos, tú les resuelves todos los problemas de a una con tus milagros; y Jesús responde: “felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.”, Mateo 5:5

Esta es la llave de la Paciencia y permite abrir las puertas que se han cerrado por nuestra impaciencia.

Como virtud, la paciencia nos permite esperar y conectarnos al horario de Dios. Si cosechamos la fruta antes de tiempo está no podrá desarrollar todos los nutrientes necesarios. El tiempo de espera le permite madurar y cumplir su propósito. La prueba de nuestra fe produce paciencia, nos recuerda Santiago. ¿Cuánto toma recibir una herencia? 

La historia del hijo pródigo nos recuerda los riesgos de una herencia que llega antes de tiempo. El paso del tiempo nos permite madurar y aprender a tomar las mejores decisiones.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la paciencia y cuando las abras te encontrarás la tierra por herencia.

4.- Alguien diría superficialmente: “Señor, qué satisfechos se ven tus discípulos, tú les das todo lo que necesitan”, y Jesús responde: “felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”., Mateo 5:6

Esta es la llave de la Justicia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la injusticia.

No podemos ser verdaderamente felices si no tenemos en nuestro corazón el anhelo por la justicia.

Una vida feliz no consiste en vivir solo para nosotros y saciar nuestras propias necesidades y olvidarnos que otros también merecen la justicia de nuestros actos hacia ellos. Dar ejemplo. Trabajamos por el sueldo sin amar el trabajo y el servicio que damos.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave del hambre y sed de justicia y cuando las abras te encontrarás con la saciedad.

5.- Alguien diría superficialmente: “Señor, qué felices tus discípulos que tienen el poder de derribar montañas” y Jesús responde: “felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.”, Mateo 5:7

Esta es la llave de la misericordia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la ira, el enojo, la envidia, la rabia, el deseo de venganza, el odio.

En el afán de derribar montañas, resolver problemas, cambiar la vida, podemos olvidarnos de que al derribar una montaña a alguien le pueden caer los escombros.

Si pisoteamos a otros por salir adelante no mostramos misericordia y no recibiremos misericordia de Dios ni de los hombres.

No podemos ser verdaderamente felices si no actuamos con misericordia hacia nuestros semejantes y hacia los que no son tan semejantes a nosotros, incluyendo los animales.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la misericordia y cuando las abras te encontrarás con más misericordia.

6.- Alguien diría superficialmente: Señor, qué felices tus seguidores que te escuchan hablar palabras tan sabias todo el día; y Jesús responde: “felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.”, Mateo 5:8

Esta es la llave de la Pureza y permite abrir las puertas que se han cerrado por la suciedad de pensamientos, acciones, intenciones o palabras.

A veces lo que ensucia el corazón no es lo que quitamos sino lo que no ponemos. Un corazón puro no solo es un corazón limpio sino un corazón lleno de pensamientos claros, acciones bondadosas, intenciones transparentes, y palabras edificantes. “No digan malas palabras, sino palabras que ayuden y animen a los demás, para que lo que hablen le haga bien a quien los escuche”. Efesios 4:29

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la limpieza de corazón y cuando las abras te encontrarás con Dios

7.- Alguien diría superficialmente: “Señor, qué felices tus seguidores, tan tranquilos que se los ve a tu lado”, y Jesús responde: “felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.”, Mateo 5:9

Esta es la llave de la paz y permite abrir las puertas que se han cerrado por la falta de reconciliación, perdón, armonía o equilibrio.

El Señor nos llama a “procurar la paz con todos” especialmente en un mundo donde la agresión, la discordia, la lucha de poder parecer ser el ingrediente principal de las interacciones con otros.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la paz y cuando las abras te encontrarás con el título de hijo de Dios en oposición a hijo del trueno, hijo de las tinieblas, hijo del mal.

8.- Alguien diría superficialmente: Señor, qué bien les va a tus seguidores, buenos trabajos, buenos carros, los mejores barrios para vivir, templos muy lujosos, y Jesús responde: “felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.”, Mateo 5:10-12,

Esta es la llave de la Fidelidad y permite abrir las puertas que se han cerrado por renunciar a la incomodidad.

Para algunos creyentes en algunas partes del mundo, esto es literal, su fe en Cristo significa la muerte o el destierro. Sin embargo, han aprendido que, en Cristo, el morir es ganancia.

Aunque a nosotros no nos toca sufrir por la fe de esta manera, las palabras de Jesús son un llamado a reflexionar sobre nuestro de nivel de compromiso y entrega y a la fidelidad en nuestra relación con Dios.

Muchas veces, la persecución que nos toca sufrir es la que iniciamos nosotros mismos cuando no estamos dispuestos a renunciar a nuestro propio yo y este se convierte en nuestro propio adversario y perseguidor.

Si la primera llave, la pobreza de espíritu, nos abre la puerta del Reino, esta última, que podemos llamar también pobreza de ego, completa el ciclo que termina como empieza, con el Reino de Dios como ganancia.

Sé feliz, abre tus puertas con la llave de la fidelidad por la justicia y cuando las abras te encontrarás con el reino de los cielos

Imaginemos por un momento el impacto que el uso de las llaves de las bienaventuranzas puede tener si las usamos en las diferentes áreas de nuestra vida.
Imaginen la transformación que tendrán las relaciones de pareja, de padres e hijos, en el trabajo, en la escuela o en la iglesia cuando se abran esas puertas con las llaves de las bienaventuranzas a la hora de comunicarse y de resolver conflictos.
Imaginen la transformación que ocurrirá en nuestra relación con Dios y nuestra vida espiritual cuando todas las puertas de nuestro corazón sean abiertas con estas llaves.

Solo imaginen el impacto de nuestro testimonio en la vida de los no creyentes o de aquellas personas a las que evangelizamos si hemos abierto las puertas de nuestras palabras con las 8 llaves.

Si aún no estás usando las llaves de las bienaventuranzas o se te han perdido y nos las encuentras puedes hacer como el cuento del hombre aquel a quien un día un policía lo ve a las 3 am en la calle buscando sus llaves abajo de un farol de luz y le pregunta:
- ¿Qué está buscando ahí?
- Mis llaves, le dice el hombre.
- ¿Sabe dónde se le perdieron más o menos?
- Debajo de aquel árbol, a 15 metros creo.
- ¿Y por que las busca acá, tan lejos?
- Porque debajo de este farol hay luz y donde está el árbol no se ve nada.

Aunque la lógica de este hombre no estaba muy centrada que digamos, algo si tenía bien claro, la luz es necesaria cuando estamos buscando algo que es importante para nosotros.
Jesús es la Luz que alumbra nuestros pasos hacia la felicidad verdadera. Las Bienaventuranzas son el acto amoroso de Jesús de alumbrarnos el camino.

Permite que su luz te alumbre y te permita encontrar las llaves de la felicidad verdadera pues de él es quien el profeta Isaías dijo: “Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá”. Isaías 22:22